
Nunca podemos olvidar quienes somos ni de dónde venimos. Al igual que debemos tener presente donde queremos llegar. Es tan fácil de llevar a cabo, como realizar dos acciones, levantar la cabeza, y mirar a nuestro alrededor.
Esto mismo es algo que el Real Madrid ha dejado de hacer. No sabe donde quiere llegar. Las estadísticas muestran que estamos ante posiblemente el mejor equipo de la historia, dado su palmarés. Pero las estadísticas también nos dicen que Raúl (en activo, sí), es el máximo goleador de la historia del Madrid, y segundo máximo goleador de la liga (Zarra por 36 goles por delante). Pero si realizamos el ejercicio propuesto anteriormente, resulta inevitable pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Este equipo, vive de su historia. Sumido en una crisis institucional, y ahora (y antes) acompañada de una deportiva. Mientras hay vida hay esperanza, es lo único que podía mantener encendida la ilusión del aficionado. Pero Anfield les devolvió a la realidad. Una realidad llena de chorreos (no he podido resistirme) y bravuconadas que en la Liga pueden servir, en Europa cada uno termina en su sitio. La búsqueda de la excelencia ha terminado en despidos con indemnizaciones millonarias, la presencia de ultras en la asamblea más vergonzosa de la historia, compra de jugadores con precios inflados, y la sensación de que incluso tras dos Ligas conquistadas y 350 millones de euros en fichajes, el equipo ha terminado un ciclo, un ciclo que no ha tenido tiempo de comenzar. Para el Madrid, gente que anteponga el club a su interés personal, un modelo de juego definido y paciencia, mucha paciencia.
El Barcelona sabe de dónde viene. Desde hace casi 30 años tiene un modelo de juego instaurado en una filosofía (gracias a aquel menudo holandés llamado Johan Cruyff). Dominio del balón, una apuesta por la posesión larga, la circulación de balón rápida y la velocidad de sus jugadores en la delantera. Un estilo, que realizado como manda la teoría, alcanza el súmmum de lo que puede ofrecer el fútbol, poesía en movimiento. El miércoles el Olimpic de Lyon pudo comprobarlo. Nunca había visto nada igual a la primera parte del Barcelona, el mejor tributo a este deporte que he visto en veinte años. Finalista en Copa del Rey, a 6 puntos del segundo clasificado (Madrid) en Liga y clasificado para los cuartos de la Champions. El Barcelona luchará contra él mismo, si gana esa batalla, habrá realizado la mayoría del trabajo. No hay más que añadir, el camino elegido por el Barcelona es admirado por cualquier persona a la que le guste el fútbol.
Distinta situación es la del Atlético de Madrid, pues parecen no saber quiénes son, y desde luego, está claro que no saben que es lo que quieren. Se les ha puesto el apelativo de “Pupas”, algo que considero bastante despectivo desde el cariño que intenta aparentar. Víctimas de los errores cometidos por sus dirigentes. El equipo llega tras buenas actuaciones, ganó al Barcelona, y debió ganar al Madrid (empate a uno). Llega el partido con mayor trascendencia de la temporada, contra el Porto en Champions, donde solo sirve ganar, o empatar a tres goles o más (ganar al fin y al cabo). En esta situación, es surrealista que su entrenador, Abel Resino, pueda dejar en el banquillo a su mejor delantero y jugador, Diego Forlán. Un futbolista que está entre los 5 mejores nueves del mundo. Pues nada, tiraremos de topicazo, esto solo pasa en el Atlético… Pues no, por desgracia hay mucho entrenador que pretende tener todo controlado (que no digo que este mal) robotizando todos los movimientos y estrategias, encerrando la pasión. Para gustos los colores, éste personalmente, no es mi color favorito. Al fin y al cabo, da igual que te metan 3 goles, si tú metes 5. Y sinceramente, con el ataque que tiene el Atlético de Madrid, no me la jugaba a los puntos, con Forlán, Kun y Simao, a por el KO sin dudar. Pero bueno, 0 a 0 terminó el partido, y el Atlético se despide de Europa sin haber perdido ni un solo partido. El riesgo de los puntos supongo…
Por último, y por supuesto no menos importante, el Villareal. El Villareal tiene la suerte de no olvidar la humildad de su origen. Quizá sea eso lo que les recuerde, que para conseguir lo que están haciendo, necesitan trabajar todos los días, y siempre un poco más que el anterior. Vencieron en Atenas, en un campo en el que ningún equipo español había conseguido ganar. Lo lograron. Ganaron 1 a 2 y por segunda vez en su historia consiguen estar en una nueva eliminatoria de la Champions. Un equipo de una ciudad que tiene 50 mil habitantes. Un equipo donde las cosas se hacen bien, y lo fundamental, se llevan haciendo bien bastante tiempo. Apuesta por un estilo de toque, en el que el ingeniero Pellegrini es el gran artífice. Recompensa al trabajo. Mi sincera admiración a este club que creo que nos representa a todos, pues es el club que se burló del destino, forjándose uno propio. Un club que nos ha enseñado a creer en que la revolución de los modestos es posible.
Por último, y por supuesto no menos importante, el Villareal. El Villareal tiene la suerte de no olvidar la humildad de su origen. Quizá sea eso lo que les recuerde, que para conseguir lo que están haciendo, necesitan trabajar todos los días, y siempre un poco más que el anterior. Vencieron en Atenas, en un campo en el que ningún equipo español había conseguido ganar. Lo lograron. Ganaron 1 a 2 y por segunda vez en su historia consiguen estar en una nueva eliminatoria de la Champions. Un equipo de una ciudad que tiene 50 mil habitantes. Un equipo donde las cosas se hacen bien, y lo fundamental, se llevan haciendo bien bastante tiempo. Apuesta por un estilo de toque, en el que el ingeniero Pellegrini es el gran artífice. Recompensa al trabajo. Mi sincera admiración a este club que creo que nos representa a todos, pues es el club que se burló del destino, forjándose uno propio. Un club que nos ha enseñado a creer en que la revolución de los modestos es posible.
La Champions continuará. Estaremos atentos a los emparejamientos. Cuatro equipos ingleses, Manchester United, Chelsea, Liverpool y Arsenal. Dos españoles, Barcelona y Villareal. Un alemán, Bayern de Munich. Y otro portugués, Porto.
Así pues, tengamos presente el presente. El recuerdo solo nos producirá dolor. Tanto en esos malos recuerdos que traerán a nuestra cabeza tristeza. Como en la nostalgia de una bonita situación, que si está presente es porque la echamos de menos.
Así pues, tengamos presente el presente. El recuerdo solo nos producirá dolor. Tanto en esos malos recuerdos que traerán a nuestra cabeza tristeza. Como en la nostalgia de una bonita situación, que si está presente es porque la echamos de menos.
Firmado: SockToga
No hay comentarios:
Publicar un comentario