viernes, 20 de marzo de 2009

Fascistización de la sociedad

El Estado es siempre un arma de represión, es la violencia organizada, es un arma que una clase emplea para reprimir y oprimir a otra a través de las estructuras típicas como son leyes, cárceles, fuerzas armadas, etc. Actualmente vivimos en una sociedad capitalista dónde el Estado lo controla la clase burguesa que lo emplea para reprimir a la clase trabajadora evitando así su emancipación. El Estado español podemos ver que desde siempre ha estado en manos de la clase explotadora, la que actualmente controla el mercado, nuestros trabajos y nuestras vidas. Podemos decir, entonces, que si hubo un pequeño período dónde se atisbaba un cambio social fueron los pocos meses en que se metía a fascistas en las cárceles y se expropiaban latifundios, es decir, de febrero del 36 a julio del mismo año. Cuándo la clase burguesa vio peligrar sus privilegios lanzó a los fascistas, en España lo vimos con el apoyo de los terratenientes a los sublevados, en Alemania con el apoyo de grandes industriales a Hitler. Desde que en España se estableció la dictadura hasta nuestros días no han cambiado mucho las cosas para la clase obrera. El fascismo tiene unas características muy concretas, triunfó en los años treinta porque exponía un modelo capaz de recuperar la economía de la crisis de superproducción en la que se hallaba inmersa dónde al no poder consumir las familias se bajaba la producción y por lo tanto aumentaba el paro lo que disminuía el poder adquisitivo de las familias y volvía a bajar la producción entrando en un círculo vicioso. Con una intervención del Estado en obras públicas e industria armamentística se reactivaba la economía a la vez que se armaba contra el avance de los movimientos obreros, recordemos que por aquel entonces la URSS y distintos movimientos obreros comenzaban a coger fuerza. El problema de esta inversión en industria armamentística es que las balas no se comen y por lo tanto se veían forzados a la invasión imperialista de otros países para controlar sus recursos y aumentar el mercado. Bien, si tenemos en cuenta los ciclos económicos capitalistas y el curso de la historia sabemos el fascismo tenía sentido en los años treinta-cuarenta en el llamado mundo occidental como reajuste de la economía y sobre todo como represión al movimiento obrero. Actualmente la economía mundial marcha bien pese a la crisis que se aproxima y el movimiento obrero prácticamente no existe con sindicatos de clase sin fuerza o sindicatos comprados. Por lo tanto la clase burguesa no necesita el fascismo. Vemos así que antes o después las formas de gobierno cambian. Se conoce como forma de Estado al tipo de Estado, es decir, en función de qué clase tenga el control del Estado es de una manera o de otra y subyuga a una clase o a otra. Solo hay dos formas de Estado conocidas, La dictadura capitalista en la que el Estado está controlado por la clase burguesa y oprime con él a la clase obrera para perpetuar su explotación y la dictadura proletaria en la que la clase obrera tiene el poder del Estado y oprime con él a la clase burguesa a fin de que no consiga destruir el estado obrero para que se de la eliminación de todas las clases, hasta que no sea necesario el control obrero. Siendo esto así en el Estado español como hemos dicho antes siempre ha tenido el control la clase burguesa y ha cambiado la forma de gobierno de dictadura fascista a democracia burguesa. Esto lo vimos en la Transición. Cuándo se dice que hubo una apertura es mentira, se concedieron una serie de medidas de libertad individuales, pero no hubo un gran cambio. Actualmente hay un jefe de estado no electo, presos políticos en las cárceles, represión a sindicalistas, etc. Como hemos dicho antes por las condiciones concretas del momento en que vivimos la clase dominante no necesita al fascismo, es más le sería contraproducente ya que el fascismo implica un control de capitales y lo que buscan es un liberalismo económico. Sin fascismo entonces, emplea otras técnicas para reprimir y controlar, a esto se le conoce como fascistización de la sociedad. En el Imperialismo la acumulación de capitales lleva a niveles de competencia entre los monopolios cada vez mayores y esto lleva a la necesidad de aumentar la explotación para maximizar beneficios que se consigue restringiendo los derechos que conquistó la clase obrera a lo largo de la historia. Para esto primero hay que evitar una respuesta obrera y se consigue a través de dos formas, una de ellas desde el Estado a través de sus leyes. Hemos visto como intentaron aprobar una Constitución Europea que trataba de priorizar la ampliación del Imperialismo europeo frente a la unión de los trabajadores europeos. Vemos también los casos de represión en las luchas obreras. El encarcelamiento de los sindicalistas Cándido y Morala, ambos activistas frente al cierre de la Naval de Gijón, y aún más cercano la lucha de la plantilla de metro, dónde la Comunidad aumentó la presencia policial y la EMT la presencia de servicio de seguridad privado para evitar las movilizaciones. La otra forma que de evitar la respuesta obrera es separar a la clase en sí y se da desde distintos medios. El más “vistoso” es la violencia de los nazis en las calles. Los grupos violentos de extremaderecha están organizados no para mejorar las condiciones de la población de un país concreto como dicen sino para atacar a las personas que proponen un cambio. Otro método es la fraseología fascista que ensucia las cabezas de la clase obrera y que se lanza desde partidos fascistas hasta sindicatos “fantasmas” pasando por institutos, universidades, centros de trabajo, etc. Esta fraseología hace que se anteponga la cuestión patriótica y la cuestión racista a la cuestión obrera. Muchas veces hemos oído las típicas frases de: “los inmigrantes me quitan el trabajo”, “los gitanos son delincuentes”, etc. Estas frases son mentira ya que el paro está propiciado por el sistema económico y la delincuencia viene de sectores marginales, de sectores dónde no hay más remedio que buscar el alimento de cualquier manera y no de los genes. Esto propicia que sin que haya un régimen fascista se den ideas fascistas, provoca que el prototipo de “obrero nacional” se enfrente a los obreros inmigrantes los cuales son explotados mayor cantidad de horas a un sueldo más bajo lo que crea el tópico y hace que haya una lucha entre obreros nacionales o inmigrantes en vez de una lucha conjunta hacia el sistema. En la sociedad actual en la que vivimos también cumplen un papel muy importante en esta labor los medios de comunicación burgueses los cuales crean una opinión que tiende a fomentar estas ideas fascistas y sobretodo como hemos visto recientemente a criminalizar a los movimientos sociales y de lucha obrera. Podemos ver claros ejemplos de fascistización en la sociedad actual: Uno claro es la ilegalización. En Euskal Herria hemos visto como se ilegalizaba ANV y se le retiraban los fondos públicos en plena campaña electoral al EHAK y más recientemente a D3M y Askatasuna, y otro y mucho más cercano es la petición de ilegalización de la Coordinadora Antifascista de Madrid, en estos casos se ve claramente como se busca destruir la unidad obrera y antifascista. También vemos un control de la prensa desde la cual se bombardea información, todas las acciones de ilegalización han tenido unos precedentes de criminalización. Interviú, La Razón, etc. los medios burgueses criminalizan el antifascismo para frenar el crecimiento la lucha popular, pretenden crear una mala imagen para marginarnos en la lucha. A la vez que preparan la opinión pública para la futura ilegalización. Otro claro ejemplo es Carlos. Cuándo acudía a una manifestación antirracista un militar fascista le asesinó. La policía ese mismo día arremetió contra los antifascistas. El circo mediático que se montó fue increíble, ponían a agredidos como verdugos intentando quitar la importancia de lo ocurrido dando a ver que son peleas entre bandas, actos entre “radicales”.Es peligroso el fascismo, pero casi lo es más la fascistización. El fascismo es un enemigo claro con una forma obvia, la fascistización sin embargo es algo etéreo que solo se percibe tras una observación detenida de la sociedad, ahí radica su peligro en que crea medidas fascistas sin que se perciba. Por todo esto no sería correcto decir que actualmente hay un fascismo ya que el ejército tiene, en teoría, poderes limitados, ya que no hay una autarquía visible con un líder indiscutible, y sobre todo porque no hay un corporativismo de Estado sino que es la economía la que emplea el Estado. El sometimiento de todas las fuerzas sociales, tanto productivas como de pensamiento, es la facistización. Por todo esto decimos que vivimos en una sociedad fascistizada, cuyo grado aumenta por momentos, porque sin que haya un fascismo real hay medidas claramente fascistas. El proceso de fascistización culmina con el fascismo.

Firmado: Victor

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