sábado, 28 de marzo de 2009

La osa mayor


Esta constelación es una de las más famosas en el hemisferio norte, ya que no se oculta nunca y porque es una gran referencia para encontrar la Estrella Polar.

Los griegos pensaban que esta constelación era Calisto, cazadora, perteneciente al cortijo de Artemisa, y por lo cual tenía voto de castidad.
Zeus, como solía ocurrir, quiso seducirla, y tomó la forma de Artemisa para conocerla (en el sentido bíblico de la expresión jajaj). El resultado fue que Calisto quedo embarazada, y para que Hera no se pusiese celosa, Zeus transformó a Calisto en osa. Aun así, Hera se terminó enterando y ordenó a Artemisa que diera caza a la osa.

También cuentan que Hera transformó en osa a Calisto y Artemisa la expulsó de su cortijo por incumplir el voto de castidad.

De cualquier forma, la osa acabó muriendo y, para que su hijo no muriese también, Zeus la subió al cielo y la hizo inmortal.
Cuentan que el chico que surgió de aquello, años después, se convirtió en la constelación de Bootes, el guardián de las osas, que podéis ver en este enlace: http://www.wdr.de/themen/wissen/astronomie/blick_ins_all/sternenhimmel/_img/april_08/bootes_400h.jpg

Se cuenta que esta constelación orbita siempre alrededor del cielo sin bajar nunca del horizonte porque Tetis, esposa de Océano y niñera de Hera, prohibió que se sumergiese en el mar, pues odiaba la intrusión de Calisto en el lecho de su ahijada.


Si alguna noche necesitáis orientación o simplemente os gusta mirar al cielo, una forma de encontrar la estrella polar es trazando una línea imaginaria en las 2 estrellas que terminan lo que sería la figura del cucharón, continuándola unas 5 veces más, y la estrella de brillo no muy fuerte en la que caería tu vista, ella es la famosa Estrella Polar, que apunta perfectamente hacia el norte. Este enlace lo explica mejor que yo: http://belenos.files.wordpress.com/2007/12/carros.png

La osa menor, tiene una historia muy similar a la mayor, pero en este caso le ocurre a una chica llamada Fénice.
Cuando tengáis tiempo y ganas, y podáis observar bien el cielo, os animo a que intentéis buscar a la Osa mayor, que es de fácil reconocimiento, y calculéis en un santiamén hacia dónde apunta el norte. La brújula será un aparato innecesario para vosotros.


Firmado: Guille

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